El terror cósmico, los dioses primigenios, la fascinación por lo desconocido y la casi poética fealdad de los seres descritos por Lovecraft no siempre fueron la materia prima de la literatura de H. P. Estos relatos no son nada parecido a lo que nos tiene acostumbrado El Maestro, pero sí son los 3 relatos perdidos de Lovecraft que todo fanático debe conocer antes del Terror Cósmico.
La botellita de cristal (The little glass bottle, 1898)
Una embarcación en el medio del mar ve a lo lejos una botella de cristal con algo dentro. La curiosidad intriga al capitán y ordena la recuperación de la misma. Al abrirla, se dan cuenta que lo que lleva en su interior es la carta de un náufrago que les deja la ubicación exacta del «tesoro» que transportaba en su barco que ahora yacía en las profundidades del mar. Lo que encontrará la tripulación será algo que jamás olvidarán un su vida.
La cueva secreta o La aventura de John Lees (The Secret Cave, or John Lees adventure, 1898)
La aventura de John Lee comienza con el descubrimiento de un extraño y tétrico túnel oculto en el sótano de su casa. Acompañado de su hermana y con la certeza de encontrar algo que le cambiaría la vida, deciden adentrarse juntos en la oscura profundidad del lugar para encontrar aquello que con tanto horror enfrentarían.
El misterio del cementerio o la venganza de un hombre muerto (The Mystery of the grave-yard, or a dead man’s revenge, 1898)
Durante el entierro del difunto Joseph Burns, un puñado de gente se reunía en su tumba para despedirlo y siguiendo el último deseo del occiso, el señor Dobson debía bajar a la morada final de Burns para realizar un ritual que terminaría con la inexplicable desaparición de ambos.
Estos 3 relatos, de los primeros escritos por El Maestro, están llenos del deseo de Lovecraft por explorar lo desconocido, aquello que provoca el asombro y despierta el terror en los humanos.
En estos primeros escritos es visible la dificultad que el autor presenta por despegarse de lo real y vemos un claro estilo del cuento que va acompañado de una enseñanza casi infantil. Quizá de estos 3 relatos, el que definirá el camino de H. P. de ahora en adelante, es La cueva secreta, en el que nos enfrenta con una precaria sobrenaturalidad, un acercamiento a un rudimentario sentimiento de lo desconocido que no logra aterrizar por completo.
Obras con una narrativa casi mecánica pero que contienen la esencia, la semilla de la pluma maldita de señor del terror cósmico y que se pueden acompañar con un buen bourbon para ambientar su lectura.
Carlo Jurado 
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