VHS: el recuerdo de los perturbadores filmes que marcaron nuestra infancia

¿Recuerdas ese sonido de estática de los vhs? ese ligero zumbido que ambientaba la llegada del padre Merrin, en The Exorcist, desde que aparecía ese taxi al final de la calle que dejaría al clérigo en la entrada de la casa; la siguiente escena nos mostraría la mirada fija de una Regan demacrada, en completo silencio pero con ese perturbador sonido siempre presente en las viejas cintas.

Para quienes vivimos nuestra niñez en los 90, aún podemos recordar las visitas al Video Club de la esquina para rentar un par de títulos, y así pasar el fin de semana con pizza y papas fritas viendo a Michael Myers clavar su cuchillo en cuanta gente se le pusiera en frente.

Escoger las películas eran todo un ritual que hoy hemos olvidado: llegar al Video Club, ir al pasillo donde estaban todas las películas de terror y durante el viaje husmear entre títulos como Terminator, American Pie y hasta George de la selva. La sección de horror era la más sombría, las portadas oscuras de Scream, Halloween, The ring, coronaban el lugar. Elegías una.

En el mostrador te daban tu recibo, no sin antes recordarte que de devolver la película sin rebobinar la cinta sería motivo de un pequeño cobro como infracción. Ibas de vuelta a casa, pero antes debías pasar a la tienda por papas, palomitas y refrescos: todo lo que necesitaba un niño de los 90 para pasar un fin de semana increíble.

No recuerdas porqué, pero tus papás no estaban. Abrías la caja del vhs para extraer el cassette y meterlo en la boca de la videocasetera que desde un inicio producía un extraño sonido que ponía los pelos de punta. Apagabas las luces y te sentabas en medio del fuerte de cojines que hiciste en la sala para protegerte de cualquier ente que pudiera perturbar tu función.

La pantalla permanecía en negro y la única fuente de iluminación era un inquietante foco rojo en la parte frontal de la videocasetera…cuando comenzaba la reproducción aparecía ese zumbido tan característico que nos acompañaba durante toda la película.

Así conocimos a los grandes del terror como Friday the 13th y American Psycho, pero sin duda, a la que mejor le iba ese sonido de estática tan escalofriante, tanto por su formato como por su ambientación, era The Blair Witch Project. 

Pasabas toda la noche viendo tu película en completa oscuridad, era lo que más te gustaba hacer en casa aun a pesar de saber que ese día no dormirías ni un poco, todo por el miedo de imaginar qué vendría por ti cuando cerraras los ojos.

Hoy nos sentamos frente al ordenador escogiendo entre un catálogo casi infinito de películas digitales, ante cientos de posibilidades que jamás imaginamos, pero a cambio olvidamos lo mágico de aquella atmósfera, aquél ritual que era el escoger y ver una película de terror y que hoy casi ha borrado por completo el paso del tiempo.