En 2016 descubrí un círculo de escritores del México contemporáneo que se volvieron indispensables en mis recomendaciones literarias. Escritores rebeldes que intentan hacerse un camino dentro de la literatura fantástica de terror y horror, una campo poco explorado por las plumas serias del país.
Cuando leí La Noche Caníbal, hace 2 años, sabía que Luis Jorge Boone era uno de los autores a los que recurriría en un futuro y hoy, con Cavernas, y en especial con la aparición de varios dioses lovecrafnianos en el cuento Momentos no humanos de la Tercera Guerra Mundial, de nuevo me ha dejado con un agradable sabor a locura en el paladar.
Cavernas
Cavernas es una antología dividida en 3 partes: Con un frío abrazo de tu espectro, Últimas, verdades, irrefutables teorías acerca de la extinción de la raza humana y Ni el péndulo, ni la arena, ni el átomo, ni el sol, cada una con su singular temática.
Mientras la primera aborda a personajes delirantes que son cautivados por la muerte y llevados a la locura por fantasmas que de lejos cumplen con un papel aterrador, la segunda parte se escribe en los terrenos de la ciencia ficción: científicos desquiciados, experimentos fallidos y contextos lovecraftnianos apocalípticos. La tercera parte, la más oscura, reúne relatos sobre viajes en el tiempo y la delgada línea de estos con la «realidad».
Comentarios
Cavernas es un libro de difícil lectura, no por la complejidad de los textos si no por la distancia artística que hay entre un apartado y otro.
Cuando se lee la primera parte, uno queda maravillado por la oscuridad casi poética de la narrativa, un sello muy peculiar que se distingue de varios autores contemporáneos, pero llegando al segundo apartado se pierde por completo la esencia con la que inició.
El principal problema de Cavernas es el desconocimiento de la construcción de la obra. El libro se terminó de escribir en 7 años, durante el transcurso de estos y aunque aparentemente imperceptible, el estilo narrativo da pasos gigantescos entre un cuento y otro, confunde, da la sensación de estar leyendo una antología de varios autores. Es bueno tener en cuenta este detalle para comprender mejor los saltos que da conforme avanza la lectura.
A pesar de ser un libro tan corto (116 páginas) por la característica comentada en el párrafo anterior, es un libro que no debe devorarse en un día, más bien debe ser disfrutado de la misma forma en que fue concebido, que en palabras del propio Boone fue de la siguiente manera:
“El cuento más viejo es de 2007 y el más nuevo es del año pasado (2014), es decir, un periodo de escritura de siete años en el que yo no me metí en ningún proyecto ni reto, no me puse trabas ni trabajé por objetivos, simplemente dejé que el libro se fuera decantando, que se ordenara de una forma muy orgánica”
Extracto de la entrevista de Luis Jorge Boone para Zócalo.
Cavernas es una muy buena antología de una diversidad tan vasta que incluso coquetea con los seguidores lovecraftnianos con un cuento dedicado a los temibles dioses primigenios en el que el gran Cthulhu hace una aparición hundiendo en el caos y la locura a la humanidad, emergiendo de las profundidades del mar y reuniéndose junto a otras deidades que deambulan en una Tierra apocalíptica.
Cuando se lee esta obra, en cualquier punto, las sensaciones de soledad abordan al lector, el miedo a lo extraño se apodera cuando el narrador nos describe la procesión de asesinos religiosos cruzando la oscuridad de la noche en un día en el que nadie debería salir de casa o cuando aquellos niños, hartos del maltrato deciden ir en busca de aquél portal del tiempo en lo alto de un cerro.
La sencillez del lenguaje, sin palabras rebuscadas ni escenas propias de una realidad ajena hacen de Cavernas una lectura agradable de principio a fin, una obra tan «visual» que incluso nos hace preguntarnos en qué momento llegará una propuesta para volverla un cortometraje y así poder disfrutar de esta obra adaptada al 7º arte.


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