Voces de Chernóbil, de Svetlana Alexiévich

Miles de voces te susurran al oido, todas atormentadas por una «guerra» que ninguno logra comprender pero que aniquiló a sus familias. Los niños no tienen miedo de monstruos que se llevan a la gente, sino de la radiación que quiere matarlos.

Una niña se ahorcó. De la quinta clase. Sin más ni más. Una niña pequeña. Y el mismo diagnóstico para todos; todos dicen «Chernóbil»

Voces de Chernóbil

Sinopsis

Voces de Chernóbil es un libro documental que describe la tragedia nuclear de aquél poblado de Ucrania a través de la voz de los sobrevivientes del catástrofe. Svetlana Alexiévich, Premio Nobel de Literatura en 2015, recopila las voces de más de 500 sobrevivientes a lo largo de 10 años, liquidadores, políticos, catedráticos, esposas de militares, etc. Las páginas relatan su día a día y los horrores de ver morir a sus seres queridos así como el daño psicológico en las nuevas generaciones.

Comentarios

¿Cómo transmitir el horror de la tragedia al lector que es ajeno al desastre? Svetlana captura las voces de cientos de fantasmas, las atrapa con su pluma y las deja escapar suavemente en el oido del lector provocando un escalofrío inminente a lo largo de cada página.

En Voces de Chernóbil no hay rostros (aunque sí nombres al final de cada capítulo), escuchamos hablar a cada uno de los partícipes, sin saber quién es quién, contar lo horripilante que fue ver morir a sus esposos, de verlos acostados en camas mientras la radiación les hacía la piel en trozos y la pintaba de un anaranjado grotesco, de como aquellas mujeres permanecían al lado de sus parejas hasta el último momento; madres que crían a sus hijos en el hospital y no en su casa, otras que dan a luz a inocentes víctimas con deformidades o ya sin vida.

La sencillez del lenguaje vuelve el libro una lectura íntima que logra fácilmente empatía con el lector. A ratos olvidas que estás leyendo historias reales y no ficción, lo indecible, lo incontable, el verdadero terror lo han vivido los sobrevivientes de Chernóbil.

Eriza la piel escuchar las historias de niños que tienen miedo de jugar en el agua, de acostarse en el verde pasto y esconderse de la lluvia para no morir, de otros que nacieron después de la catástrofe y que juegan a ser la radiación y asustar así a otros niños. Indigna el olvido del gobierno soviético, la censura y la campaña de desinformación generada para «mantener el orden» que sin duda más de una ocasión te llenará de enojo.

¿Y quién dirigía la central atómica? Entre los directivos no había ni un físico nuclear. Había ingenieros de energía, de turbinas, comisarios políticos, pero ni un especialista. Ni un físico.

Voces de Chernóbil

Voces de Chernóbil, de Svetlana Alexiévich, una lectura obligada que nos ayuda a recordar que no siempre en la ficción se encuentra el terror indescriptible.

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