Un reto para volver a mirar
Cuando compré mi Fujifilm XT5, me propuse como reto personal hacer más fotografías para justificar el gasto. Enlisté 85 ideas a fotografiar. Esto me ha «obligado» a poner más atención a todo lo que sucede a mi alrededor:
- Un haz de luz
- El amanecer
- Texturas y rincones de mi hogar
- Lugares de mi vida cotidiana
La superluna que no pude fotografiar
Anoche quise hacer algunas fotos de la luna llena. El problema era que ahora no tengo ningún teleobjetivo, solo el 27mm f/2.8. Pero no perdía nada con intentar, así que subí a la parte más alta del edificio en el que vivo e intenté tomar alguna imagen decente.
Fracasé.
Y no era una luna cualquiera: coincidían el plenilunio (cuando la Luna está completamente iluminada) y la superluna (cuando está en su punto más cercano a la Tierra). Un fenómeno natural digno de verse.
A pesar de los 40 megapíxeles de mi XT5, no hubo manera de sustituir un buen telefoto (aunque sí rescaté una toma interesante).
El rumor de una melodía
Justo cuando me empezaba a resignarme, comencé a escuchar una marimba tocando La Zandunga. Guardé silencio para distinguir si era una bocina o música en vivo de algún músico callejero.
Era real.
Bajé corriendo junto con Ozzy, mi fiel Border Collie, en busca de aquel concierto improvisado. No tardé mucho en encontrar la fuente de la melodía. Es fácil cuando vives en un barrio silencioso y rutinario.

Marimba Viajera
Pedí permiso al músico y me dispuse a hacer algunas fotos rápidas. Este tipo de artistas suelen hacer paradas breves: dos o tres composiciones y cambian de sitio, así que estaba contrarreloj.
Al terminar, entablamos una corta conversación. Resultó ser Marimba Viajera, un músico originario de Naucalpan de Juárez, Estado de México, que viaja con su instrumento por todo el país ofreciendo conciertos callejeros.
Así como llegó, de un momento a otro, tomó sus cosas y partió, desapareciendo entre las sombras.

La magia de lo efímero
La magia de lo efímero parece operar siempre igual: sin esperarlo, algo interrumpe la normalidad y se queda grabado en la memoria.
Un chiste involuntario. Una situación que nadie creería. O un músico que, en plena superluna, decide hacer acto de presencia frente a mi XT5.
Lo que no pude lograr con la luna, lo logre gracias a la luz de la casualidad: convertir lo efímero en una huella imborrable.

Si tú también te has topado con instantes inesperados que valen oro, cuéntamelo en Instagram. Me encantaría ver tus fotos o leer tu historia.


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