Podría hacer esto todo los días, hasta el último ¿sabes?, es clásica esa pregunta: si pudieras hacer algo, lo que sea, todos los días sin que el dinero fuera un problema ¿qué harías? -Escribir ¡Sin duda!
No me preguntes por qué, mucho menos cuando, solo recuerdo que desde niño siempre quise ser escritor. Mis padres no son letrados, no tienen el hábito de la lectura, pero por alguna razón yo encontraba en los libros, en los textos, historias fantásticas. Me recuerdo sentado sobre la máquina de escribir, la vieja Olivetti verde botella, tecleando mi primera novela policiaca (¡clac-clac-clac!). Ni siquiera sabía que era una novela policiaca por aquel entonces.
¿Se puede vivir siendo escritor? Aún no lo sé. De niño imaginaba a los escritores como gente adinerada con una inmensa biblioteca personal que compilaba ejemplares antiquísimos, algunos prohibidos, otros censurados. Encuadernados de colores oscuros, verdes, rojizos, pardos, con letras grabadas en color oro «Necronomicón» de Abdul Alhazred (claro, si existiera) y ese hipnótico aroma que se mezclaba con el del vino que emerge de una gran copa.
Crecí leyendo novelas, como podrás deducir, Lovecraft, Edgar Allan Poe, Bram Stoker, Kafka e incluso Borges. Mi mente volaba con sus textos y creía que así eran todos los libros que existían en el mundo.
¿Se puede vivir de ser escritor? En mi carrera universitaria (Comunicación y Periodismo) nos decían que no. Que en el “mundo real” era difícil venderte como escritor, incluso como periodista. Increíble ¿no?. Cuando egresé, lo confirmé.
Poco a poco olvidé el sueño (poco a poco…), me desarrollé profesionalmente en el área de marketing de un par de empresas (hasta el día de hoy), y fui olvidando no solo el sueño de ser escritor, sino también la libertad de soñar.
Durante esta pandemia (COVID-19) me reencontré con mucho de mí que había quedado un poco en segundo (o tal vez en último) término. Comencé un par de proyectos que hoy día comienzan a levantar el vuelo y en todos escribo, desde guiones para podcast, videos, entradas de blog…siempre leyendo más información, buscando, curando, contraponiendo y traduciendo. Las personas buscan información en internet, por eso, en los blogs, hay que entregarles información ¿ya nadie lee por diversión? esa diversión que alimenta el alma…pienso por un momento la respuesta.
Tomo la moto, mi cámara, salgo a una cita con mi compañera de vida a tomar un respiro. Comemos en un rincón escondido de la Narvarte, ella pide un burrito, yo una hamburguesa. Hace más de medio año que no podíamos salir. Huelo por primera vez en meses el aroma a carne quemada, del queso fundido, las papas a la francesa y escucho el burbujeo de mi agua mineral, dentro, de fondo, el «tsssssss» de la carne asándose en la parrilla.
Satisfechos, nos levantamos para buscar un café. Miro mi moto, encuentro un buen encuadre para hacer un par de fotos. Me siento lo suficientemente despejado para capturar su belleza «clic».
Llegamos a un café, uno libre, prácticamente vacío. Un americano y un latte; sí, siempre pido americano ¿qué clase de escritor inactivo sería si no? No imagino a Balzac (aunque él sí es una eminencia) pidiendo algo que no sea un americano con doble carga).
Las tazas aún humean y como si el clima supiera lo que pensaba en esos momentos, cae una fuerte lluvia para completar el momento. Platico con ella a la vez que contemplo el agua cayendo de las hojas de las palmeras, vecinos corriendo a resguardarse, otros resignados y empapados a paso lento y con el típico «clach-clach-clach» que producen los calcetines dentro de los zapatos deportivos mojados. No tomo fotos, pero cada detalle queda grabado en mi memoria.
Información, información, información…¿ya nadie lee por diversión? Sigo pensando. Pienso mientras escribo esto. Facebook, Instagram, YouTube, en todos nos divertimos, vemos memes, videos cómicos, pero leer, leer alimenta el alma de una forma más profunda, tal vez esa sensación viene por la nostalgia de mi infancia. Luego recuerdo los libros de los ahora llamados «influencers», líderes de opinión ¿Sobre qué escriben?.
Hoy está de moda ser experto en marketing, finanzas, emprendimiento, salud, deporte y bueno, los libros van sobre información, información e información. Habrá más, claro…y mi cerebro recuerda a Dross (no es un gusto culposo, al fin y al cabo…), él escribe novelas del género fantástico y luego recuerdo las librerías..ahí hay más, muchos más que escriben con el mismo propósito.
Enciendo la moto, mi luz amarilla ilumina el camino mientras aún caen los restos de aquella lluvia que disfrutamos resguardados en nuestras tazas de café. Mientras conduzco, pienso en que esto podría hacer toda la vida, escribir. Algunos dirán «¡holgazán, tú solo quieres pasearte!», no, y aunque aún no tengo una respuesta blindada ante toda crítica, a priori a recuperarme a mí mismo, le digo que un escritor busca lo que cualquier creador, conectar la realidad, nuestra realidad, con nuestros sentidos: ya el escritor con las letras busca dibujar un mundo en la imaginación del otro, ya el músico hace vibrar el alma o el pintor inunda de simbolismos un cuadro para el deleite sensitivo del espectador.
Entonces ¿las personas ya no leen por diversión?, aún no sé la respuesta, pero tal vez, solo tal vez, sea que los escritores ya no se atreven a escribir más allá de la información, de lo «tangible», lo (metafóricamente) matemático.
Llego a casa, apago el motor y todo se hunde en silencio. Voy al ordenador a revelar mis fotografías y veo en ellas mis ideas, veo claramente línea tras línea lo que lees aquí y me reitero, «podría hacer esto toda mi vida».


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